Video Traspasar las Puertas de Cristal del Museo

Ana Vivaldi y Identidad Marrón

Las siguientes performances exploran las disrupciones generadas en y por los cuerpos marrones en un espacio blanco-europeo, hispanoparlante: un museo universitario. Los cuerpos marrones dentro de la sala intervienen en el mundo del arte; enfatizan que el racismo estructural se expresa cómo política cultural y educativa, se materializa en el sentido estético, y orienta la “distribución de lo sensible”. Es fundamentalmente estructura de lo sensible, de admiración y valoración, estructura tensada por los cuerpos marrones. 

Rebe Lopez reads Conflicto y armonías de las razas en América

Rebe López lee Conflicto y armonías de las razas de Domingo F. Sarmiento, en el jardin del Museo La Cárcova 

En estos videos recreamos y extendemos dos de las performances escritas por David Gudiño e interpretados por él y por Daniela Ruiz. Para esta filmación se sumó una nueva obra escrita por Alejandro Mamani e interpretada por Rebe López en donde se presenta una pregunta a modo de continuidad con el evento: ¿Las semillas? ¿Cuáles son les hijos e hijas de los habitantes del continente americano, dónde están? ¿Qué hacen? ¿Cómo caminan, trabajan y sobre todo, cómo sobrevivieron? ¿Dónde germinaron esas semillas? 

Daniela Ruiz standing next to a statue during the shooting of La reina no querida

Daniela Ruiz durante el rodaje de “La reina no querida”. El cartel dice: Somos las hijas de las empleadas domésticas que no dejaste venir.

Las disrupciones que generan estas tres perfomance no son análogas. Son una crítica directa al patrimonio artístico occidental. La primera, “La reina no querida”, de David Angel Gudiño interpretada por Daniela Ruiz, es una crítica al colonialismo imperante del arte blanco europeo, latinoamericano y argentino. La segunda, “Marrón”, escrita e interpretada por David Gudiño, es una reflexión en torno a las violencias actuales sobre los cuerpos marrones.

La última escena, “Racismo en español”, interpela a la blanquitud desde las nociones de belleza, los límites de un antirracismo performativo de clase media, y la incomodidad que genera un cuerpo marrón que participa del capital cultural de les intelectuales argentines. Las escenas son en ese juego de copias análogas impuestas, una disputa, en donde desde Identidad Marrón no aceptamos ser copias sino que usamos el ente original como sujetes políticos, pensantes, deseables; y sobre todo combativos y lúdicos.

Libertad Subero and Denis Guerrero wait for David to be ready to record his monologue.

David Angel Gudiño durante el rodaje de “Marrón”. Gudiño inicia su monólogo sentado en la intervención artística de Ñieko Leguizamon en la sala central del Museo, rodeado de copias originales de esculturas de Miguel Ángel.

Ponemos de manifiesto la frustración blanca de pensar a la nación argentina como copia defectuosa de Europa, como clon mal hecho. La inacción impuesta a las corporalidades marronas ante la cámara y posteriormente en la actualidad como espectadores desaparece en medio del movimiento, en medio de la potencia creadora que entendemos es una marca de este tiempo histórico en donde los hijos e hijas aparecen a intervenir la realidad heredada. Es importante destacar que todes les actores Euge, Daniela, David, y Rebe han experimentado formas de racismo en el ámbito teatral, televisivo y cinematográfico. Ese racismo en los “casting” que se verbaliza en el monologo Marrón es experiencia común.