Presentación de personajes, actores, textos dramáticos y cámaras
Daniela Ruiz, Rebe Lopez, David Angel Gudiño, y Alejandro Mamani; ed. Ana Vivaldi y Pablo Cossio
Euge Choque, Visitante marrona, por David Angel Gudiño
¿Cuál es la invitación de los museos hacia nuestras familias, padres, madres, abuelos y abuelas? ¿A qué rememoran los museos en Latino América y cuál es la relación con nuestras corporalidades y nuestra ancestralidad? Es una persona que observa las performances en el museo. La visitante representa a les cuerpos marrones que se animan a entrar a un espacio que parece no estar diseñado para recibirles: traspasar las puertas de cristal es un acto político. Animarse a habitar los museos, no en un acto individual sino en un acto colectivo, porque el permiso para ingresar fue construido a través de generaciones que han otorgado la posibilidad de una lucha por igualdad de condiciones y oportunidades.
La mirada joven de la actriz, establece una conversación intergeneracional entre su pasado que le habilita poder pararse en ese lugar disfrutando del tiempo que le fue robado a sus antepasados. Ello permite una actualización de los relatos y una disputa del sentido en la cultura, el arte, la historia, la sociedad y los derechos.
Euge Choque es artista interdisciplinaria dedicada a las artes escénicas y visuales. Licenciada en Artes Dramáticas (UNA), también se formó como Diseñadora Gráfica con especialización en web en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y en la Escuela de Arte Multimedial DaVinci.
Daniela Ruiz, La reina no querida, por ella misma
Mi nombre es Daniela Ruiz. Soy actriz, directora de la compañía 7 Colores Diversidad, docente y también acompaño al colectivo Identidad Marrón. Estuvimos presentando en la Cárcova con La reina no querida, una performance del director de teatro David Gudiño, en la cual hicimos una representación del racismo estructural y cómo las personas marrones indígenas hasta el día de hoy no pueden ocupar esos espacios. En este caso específico, esta performance trataba sobre la clase, lo aspiracional, y también lo posible y no posible. ¿Puede una persona marrón indígena estar en un cargo político? ¿Puede una persona marrón indígena ser presidente de la nación? ¿Puede una persona indígena tener dinero y pensar que no hay techos de cristal en nuestra sociedad, que no hay barreras con las cuales se priva a estas personas del acceso?
En esta intervención, al ser una travesti indígena racializada salteña me parecía muy importante re-marcar este racismo estructural desde la racialización ¿Cómo se ha tomado o cómo se sigue tomando esto actualmente a las personas que son permitidas en ciertas clases sociales y en cuáles no son permitidas? Por eso armamos esta performance. El texto que interpreto fue enteramente pensado para este espacio y para que yo lo interprete dentro de Cinceles de otredad
David Angel Gudiño, Marrón, por el mismo
Si sobre algo se fundan las cosas, siempre si siempre hay una base o un punto de partida. En el buceo por mi identidad, mi monólogo Marrón es ese lugar en el que aparecen mi niñez, profesión y mi pedido de justicia. A partir de este texto surgen y anidan otros como Mi cuerpo marrón, El David Marrón y Un marrón en el Cervantes. Todos ellos constituyen “Serie Marrón” un acopio de textos, fotografías y performances que buscan poner en debate el racismo en Argentina.
En junio de 2020 navegando por las redes me crucé con un posteo de @identidadmarrón. Eran los rostros de personas marrones asesinadas por la policía. Al verlos me di cuenta que yo era igual a todos ellos. Recuerdo pensar “Soy igual” y junto con ello recordé cuando me paró la policía en plena ciudad de Buenos Aires un día de semana cerca del mediodía. Dos oficiales vestidos de civil se acercaron y me mostraron supuestas credenciales que en la velocidad no llegué a ver. Revisaron mi mochila, sacaron todas mis cosas, me preguntaron si la computadora que tenía era mía, me preguntaron qué hacía en la ciudad, por qué estaba ahí. Les dije que estudiaba en la facultad y me preguntaron qué y mentí. No me animé a decirles que estudiaba actuación, así que dije que estudiaba seguridad e higiene.
Hace un par de semanas asesinaron a Lucas González. Tres policías en una camioneta persiguieron el auto donde Lucas iba con sus amigos. Dispararon sobre y Lucas recibió dos tiros en su cabeza. Él estaba regresando a su casa después de un entrenamiento de fútbol. ¿Qué habría pasado si cuando me paró la policía me asustaba y corría? ¿Qué habría pasado si no accedía a mostrarles mis cosas? ¿Qué habría pasado si no me creían que la computadora era mía? El miedo a la policía por ser marrón es constante. Entonces pienso, ahora pienso: “Estoy vivo de pedo”. Ser marrón en la ciudad de Buenos Aires es estar en peligro y ahí radica el racismo.
Marrón es un texto que interpela a los marrones asesinados por la policía, les pido respuestas que provengan del mundo donde se encuentran. Les pido que me expliquen por qué ocurre esto, por qué nos ocurre esto. “Marrón” es entonces un llamado a quienes siguen pensando que en Argentina no existe el racismo.
Rebe López, Racismo en español por Alejandro Mamani
Rebe no solo es actriz y escritora, sino también es una de las imágenes más virales en el antirracismo hispanoparlante. Su cara desafiante y su remera icónica que enuncia #CallateBlanca hace de la lectura performativa una obra viva, ella se enlaza a las copias escultóricas con las caras de sus ancestros en un baile temporal en el que su cara se distribuye como miles de copias en bits, ambas copias con el mismo objetivo, dejar un mensaje de supervivencia y batalla.
Enlace a Racismo en español de Rebe López y Alejandro Mamani
Las performances fueron filmadas por Dennis Guerrero, y Libertad Subero, y fotografiadas por Adehmar Miranda, integrantes del colectivo IM. Esto no fue casual. Que las cámaras fueran guiadas por las miradas marronas sobre cuerpos marrones fue parte activa de una producción que buscó apropiarse de las formas de representar cuerpos racializados. Las cámaras marronas desafían lo intrusivo de la cámara de clase media y blanca, guiada por una mirada exotizante, que objetiviza y se apropia de los cuerpos. Una mirada que extrae vitalidad marrona para proyectos políticos y estéticos propios. Las cámaras e imágenes se plantearon como compañeras del recorrido de les actores.
La cámara fue parte de una coreografía con les intérpretes en su recorrido por el museo. La cámara es así soporte, apoyo y aseveración de les marrones como belleza que se acerca, se refleja y se potencia en cada performance construida críticamente hacía el patrimonio.